Triscando

SENDERISMO Y MONTAÑA

Valle de Ordesa a través del GR11

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Existen dos rutas que recorren longitudinalmente el Valle de Ordesa desde su entrada en la localidad de Torla. Una es la que transcurre por la Senda de los Cazadores, a lo largo de la Faja de Pelay, y la otra, la más popular y concurrida, la que sigue el trazado del GR11 por el margen izquierdo del río Arazas. Ambas parten de la Pradera de Ordesa y finalizan en la cascada de la Cola de Caballo, permitiendo observar una panorámica completa del maravilloso valle pirenaico, declarado por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 1997. Además, podemos utilizar una de ellas para ir hasta el final del valle y regresar por la otra, realizando un circuito circular. En esta ocasión, yo opté por la ruta tradicional y más concurrida, que cubre una distancia total de 17,5 kilómetros con un ascenso acumulado de unos 500 metros. Es un recorrido de gran belleza salpicado por espectaculares saltos de agua y elevadas formaciones rocosas que nos ocupará un tiempo de alrededor de 6 horas para completarlo en su totalidad (ida y vuelta).

Nuestra ruta comienza en la Pradera de Ordesa, hasta la que es necesario acceder en los autobuses que la Gerencia del Parque Nacional de Ordesa dispone desde la localidad de Torla en los meses de verano para controlar la afluencia de visitantes. Desde la pradera, situada a una altitud de 1.305 metros comenzamos a caminar siguiendo los paneles indicadores que marcan la ruta GR11 hacia la Cola de Caballo, nuestro destino final. Se trata de un camino muy bien señalizado que, en su mayor trazado, transcurre por pistas y caminos anchos. El recorrido nos llevará de Oeste a Este, a lo largo de todo el valle, siguiendo el curso del río Arazas. Lo iniciamos en la pista forestal de tierra que  parte desde el extremo Este de la pradera  junto al Centro de Interpretación y se adentra en el bosque.

 

 

La pista prosigue por un impresionante hayedo con ejemplares de gran altura y belleza, ascendiendo progresivamente hacia nuestro destino. En pocos minutos llegaremos hasta el Puente de los Cazadores, que nos conduce a la ruta que va hasta el final del valle por la Faja de Pelay y un poco más adelante una pequeña capilla en honor a la Virgen del Pilar nos marca la bifurcación hacia otra ruta, la que nos llevaría hasta el Circo de Cotatuero. Seguiremos el camino indicado por el GR11.

Muy pronto hallaremos un desvío que nos conduce hasta uno de los diversos miradores que nos encontraremos a lo largo de todo el recorrido para contemplar los espectaculares saltos de agua. En este caso el de la Cascada de Arripas, que visitamos para retroceder y seguir por el mismo camino.

 

 

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Transcurrida una hora de recorrido aproximadamente llegaremos al desvío que nos conduce a los miradores de las cascadas de La Cueva y El Estrecho, situadas ya a 1.458 metros de altura. Este desvío, que gira a la derecha, es en realidad una alternativa para regresar a la pradera de Ordesa desde el otro lado del río Arazas. Nosotros simplemente nos acercamos a los miradores para contemplar los espectaculares saltos de agua y retrocedemos hasta el camino de la izquierda para proseguir la ruta.

 

 

Superado el desvío, en unos minutos nos situaremos sobre otro mirador que nos permite observar una perspectiva aérea de la cascada del Estrecho, considerada como una de las más relevantes del río Arazas. Nuestra ruta prosigue por un frondoso bosque de hayas y abetos y nos llevará hasta una pequeña cabaña habilitada para un vivac y situada a 1.531 metros de altura. Llevamos aproximadamente hora y media de camino.

Pronto abandonaremos el hayedo y el camino se estrechará mostrándonos el Arazas de cerca a nuestra derecha. Continuaremos avanzando por un sendero que nos permite contemplar las impresionantes paredes rocosas que rodean todo el valle.

 

 

Cuando llevamos algo más de dos horas de caminata alcanzamos otro de los puntos de interés paisajístico de nuestra ruta: las Gradas de Soaso. Situada a 1.687, es una sucesión de pequeñas cascadas que generan el efecto de un graderío. Aprovechamos para hacer una parada y almorzar en ese idílico lugar. Lamentablemente, una débil lluvia nos obliga a acelerar el final del almuerzo y proseguir la ruta.

 

 

A partir de este punto, el sendero asciende haciendo eses, siempre por el margen norte del río Arazas, entre la faja de Tobacor y la Sierra de Custodia. Pronto alcanzamos la parte alta del valle y observamos su espectacular cabecera, el denominado circo de Soaso, presidido por las imponentes cimas de Las Tres Sorores: el Cilindro de Marboré, el Monte Perdido y el Peñón de Añisclo (también conocido como Soum de Ramond). La panorámica nos sitúa en un amplio cañón de paredes verticales y rocosas, fruto de millones de años de erosión ocasionada por un antiguo glaciar.

Siempre con el rumbo fijo en el circo de Soaso, la curiosa orografía nos oculta hasta el final el premio a nuestra caminata, la espectacular cascada de la Cola de Caballo. Pronto llegamos a un puente metálico que debemos cruzar para seguir el camino empedrado que nos conducirá por en medio del césped hasta nuestro destino. Pasamos junto a una antigua cabaña de pastores que hace las veces de refugio y, unos minutos después, tras superar una peña que nos oculta el fin del circo de Soaso hallamos la Cola de Caballo. Hemos invertido un tiempo aproximado de tres horas en el camino de ida. El regreso, en esta ocasión, lo realizamos por el mismo camino.

 

 

Autor: José Luis Montoya

Periodista de profesión, comunicador de vocación. Poseo experiencia como redactor de contenidos en diversos ámbitos, desde la elaboración de guías turísticas, gastronómicas y de ocio nocturno, a los contenidos técnicos. Gestiono redes sociales como blogger y community manager, y asesoro en temas de comunicación.

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