En la zona de la Selva de Irati perteneciente al valle de Aezkoa se halla el embalse de Irabia, un pantano con el que se regula el caudal del río que da nombre al bosque para su uso en la generación de electricidad. Su visita es una de las excursiones habituales por quienes practican senderismo en este mágico hayedo del Pirineo navarro. La ruta que se sigue para conocer el pantano es circular y transcurre por el bosque de Zabaleta. Ocupa un par de horas de tiempo realizarla y puede completarse con otra que circunda el pantano, aunque en el momento de nuestra visita ésta no era factible porque el puente que conduce hasta la cabecera del embalse se cayó y no ha sido reconstruido aún.
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Selva de Irati: sendero Errekaidorra
Laselva o bosque de Irati es el segundo hayedo-abetal más extenso y mejor conservado de Europa, después de la Selva Negra de Alemania. Se extiende a lo largo de 17.100 hectáreas distribuidas en cuatro valles a ambos lados de la frontera entre Francia y Navarra. Su mayor extensión se halla dentro del valle de Salazar, por lo que el acceso más común a este bosque es desde la pintoresca localidad de Otsagabia, aunque se accede también a él través del valle de Aezkoa, situado más hacia el oeste. En el pasado, el bosque de Irati fue explotado industrialmente para obtener madera destinada a la fabricación de mástiles y remos para la industria naval, y para la fabricación de carbón vegetal. Uno de los senderos más populares que permiten el acercamiento a este hayedo emblemático calificado por Ernest Hemingway como «él último bosque medieval de Europa» es precisamente el que explica su historia etnológica: el sendero Errekaidorra.
Muskilda por el camino viejo a Irati
Excursión por las inmediaciones del pintoresco pueblo medieval de Otsagabia, que nos lleva por el camino viejo a la Selva de Irati hasta alcanzar el Santuario de Nuestra Señora de Muskilda y regresando a la citada localidad navarra en recorrido circular. Se trata de un agradable paseo de algo más de 6 kilómetros de distancia con un desnivel de unos 300 metros, que atraviesa un precioso bosque de hayas en el que encontraremos señalizaciones de los principales tipos de árboles que existen en la zona, y que culmina con la visita a una preciosa ermita románica con su propia leyenda negra.