Después de muchos años -tantos que ya no recuerdo- me vuelvo a calzar las botas para regresar a Sant Llorenç del Munt y ascender a su cima más alta, La Mola, situada a 1.104 metros de altitud. Referente de miles de excursiones realizadas durante mi adolescencia, la cima más elevada del macizo de Sant Llorenç permanece igual con el monasterio románico dedicado a dicho santo coronándola. Tal y como yo la recordaba.
Iniciamos el ascenso por Matadepera, en el parking habilitado al final de la calle Vistalegre, siguiendo el camino que utilizaban los monjes que habitaban en el monasterio de La Mola, el Camí dels Monjos. Es una ruta bien delimitada, característica por los escalones de piedra que encontramos en varios de sus tramos. Un camino fácil, aunque con tramos muy empinados, que nos lleva hasta la cima en muy poco tiempo.